Gumlas, la última galaxia

            A miles y millones de años luz, en los confines del Universo, se hallaba una pequeña galaxia, conocida por sus habitantes como Gumlas, la última galaxia. Allí, las leyes de la física que conocemos no se aplicaban, y todos los astros iban y venían a su propio antojo, porque sí, tenían conciencia propia. 

            Había diversas familias en la galaxia, cada una con una función distinta. Estaba la familia Raz, una gran y vieja familia de estrellas que daba calor a todos los habitantes que la necesitaban. Luego estaban los Karej, unos planetas que daban estabilidad al lugar. También los Gyulo, los satélites que servían a estos planetas (como más grandes y poderosos fuesen los Karej, más Gyulo tenían a su disposición). Bfesu era el nombre de la familia de cometas. Se dedicaban a ir cerca de las estrellas y a explicarles que pasaba en el resto de la galaxia, ya que ellas eran grandes y viejas y no solían moverse de su sitio. Luego, las constelaciones estaban formadas por diversas familias: los Huelo, los Cerpi, los Mnuer, … Su trabajo era entretener al pueblo con las fascinantes historias que contenía cada una de estas familias. Y por último estaban los Zuylu, una familia de asteroides que se ocupaba de la vigilancia y seguridad del lugar. Todos ellos vivían en paz y armonía. Tenían sus rutinas, sus trabajos, … y aunque a veces hubiese problemas, los Zuylu siempre estaban allí para solucionarlo.

Pero un día, amaneció diferente. Hacía más frío de lo normal, parecía que el brillo de las estrellas ya no era tan potente. Pero sobretodo, el alrededor estaba oscuro. Una oscuridad enorme se les venía encima y la felicidad escapaba de entre sus cuerpos. Los astros empezaron a preocuparse. No sabían qué sucedía, ya que en todos los milenios de vida que tenían, nunca había ocurrido algo semejante. Estuvieron durante meses planificando una forma de librarse de esa oscuridad, que día tras día se hacía mayor. Se habló de moverse de allí, mudarse, buscar otro sitio donde vivir sin esa presencia. Pero los Raz eran demasiado ancianos como para desplazarse más de unos cuantos kilómetros, y al final, aunque fuesen poco a poco, la oscuridad les ganaría la carrera.

Así que, se presentó un grupo de asteroides para ir a investigar más de cerca. Nadie quería que fuesen. Decían que no era seguro, que les podría pasar algo y tal vez no volverían. Pero ellos no hicieron caso. Era la única opción que tenían, y debían arriesgarse para conocer qué era en realidad ese ente. Se prepararon, se despidieron de sus amigos y marcharon a la aventura. 

Meses después, no se sabía nada de los 3 Zuylu que partieron en busca de respuestas. Y la oscuridad cada vez estaba más cerca. Otro grupo fue en su búsqueda, mas también quedó perdido en el espacio. Los astros estaban entrando en pánico. La oscuridad se cernía sobre ellos y no tenían ninguna esperanza.

Primero desaparecieron los cometas, mensajeros de las estrellas y los más pequeños del lugar. La familia Raz no tardó en seguirles, al no recibir noticia y no poder desplazarse. Sin ellos, los planetas, satélites y constelaciones estaban perdidos. Un frío desolador se hacía cada vez más presente, y antes de que la oscuridad llegase a ellos, ya no estaban para contar más historias. 


Esta ha sido la historia de cómo desapareció Gumlas, la última galaxia, de la faz del Universo. Podría acabarse el cuento aquí, pero la oscuridad no descansa, no perdona y es implacable. Seguirá avanzando hasta que engulla todo lo que haya a su paso. A no ser, que alguien la detenga… 


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