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Las 3 reinas magas

            Es popularmente dicho que todo vuelve a su lugar. Lo que sube, acaba bajando; el que gana mucho, puede acabar perdiendo y nuestras buenas o malas acciones acaban. Esta es una historia que habla de eso. 4 hermanas que tomaron distintas decisiones y al final todo volvió a su sitio. Hace muchos y muchos años, en un reino de nombre olvidado, donde todos vivían en paz y armonía, reinaban cuatro hermanas. La magia era muy rara en ese reino, y solo unos pocos lograban controlarla. Por eso, el rey Udnrophilae llevó a su mujer embarazada a un lugar especial. Un sabio y viejo mago les recibió, y el rey le pidió que hechizara el vientre de su mujer para que naciera su hijo  con dones extraordinarios. El sabio mago aceptó, pero con una condición. El rey debía estar 4 meses sin comer, tan solo ingiriendo líquidos. Si lograba hacer eso, mostraría que confiaba en el mago y que era digno de que sus hijas tuviesen dicho poder. Así que, cuando el hombre llegó a su castillo, dió a sus criad

Gumlas, la última galaxia

               A miles y millones de años luz, en los confines del Universo, se hallaba una pequeña galaxia, conocida por sus habitantes como Gumlas, la última galaxia. Allí, las leyes de la física que conocemos no se aplicaban, y todos los astros iban y venían a su propio antojo, porque sí, tenían conciencia propia.                 Había diversas familias en la galaxia, cada una con una función distinta. Estaba la familia Raz, una gran y vieja familia de estrellas que daba calor a todos los habitantes que la necesitaban. Luego estaban los Karej, unos planetas que daban estabilidad al lugar. También los Gyulo, los satélites que servían a estos planetas (como más grandes y poderosos fuesen los Karej, más Gyulo tenían a su disposición). Bfesu era el nombre de la familia de cometas. Se dedicaban a ir cerca de las estrellas y a explicarles que pasaba en el resto de la galaxia, ya que ellas eran grandes y viejas y no solían moverse de su sitio. Luego, las constelaciones estaban formadas por

Pequeño texto de cuarentena

Sentimientos. Llevaba mucho tiempo en guerra con ellos. Me abrumaba todo lo que podía pasar por mi cabeza en un solo día. Todo el contacto externo que me hacía cuestionar las cosas.  Y de repente llegó el silencio. Mi mente se quedó sola con mis pensamientos. Mi cuerpo se quedó solo con mis emociones. Y el silencio empezó a ser ensordecedor.  Pero empecé a llenar ese silencio. Al inicio no sabía cómo hacerlo, pero comencé a escuchar la voz en mi interior y a entender todo lo que sucedía. Ordené todo lo que pasaba por ahí e hice limpieza de todos los pensamientos tóxicos. Limpié el polvo y desenterré viejas imágenes de lo que una vez fue la felicidad. Y esas estanterías de mi mente, una vez vacías de todo lo malo, tenían hueco para poner más cosas. Empecé a llenarlas de libros con nuevas aventuras, objetos especiales de ciertas personas, fotografías de momentos mágicos.  No me había dado cuenta, había estado llenando las estanterías de cosas malas e innecesarias, y solo en el momento en

Perdida

Estoy harta ya. Harta de que se acabe todo y vuelva a empezar. Harta de que hayas pasado ya de página y yo la esté releyendo por enésima vez. Porque siempre soy yo la que vuelve, la que sufre, la que llora, y tú... Tú solo eres un alma libre sin rumbo definido, yendo de flor en flor. Pero supongo que te quedaste dormido en la mía, y yo me acostumbré a tu presencia. Y cuando decidiste despertar y echar a volar, yo ya estaba perdida.